El Gobierno mexicano aseguró que la conversación seguirá su curso y que se reprogramará el encuentro bilateral. Desde su liderazgo, Sheinbaum insistió en que defenderá “dignamente” a los trabajadores mexicanos en EE.UU., aunque el foco doméstico aún prioriza salud, seguridad e inversión, tres pilares hasta ahora relegados por la autoridad.

Aunque el diálogo con Trump podría verse como un logro diplomático, la cancelación presencial habla de una relación tierna, poco contundente. La estrategia mexicana —centrada en recriminar redadas y pedir diálogo— no modifica una ecuación: EE.UU. mantiene presión en migración y comercio, y las autoridades mexicanas no lograron salvar la foto ni avanzar acuerdos concretos antes de un adversario impredecible.

En definitiva, la estrategia diplomática de Sheinbaum sigue en equilibrio delicado: intenta mostrarse firme frente a Trump, pero sin herramientas reales para sostener su discurso de “defensa digna”. Para un portal opositor, la lectura es clara: mucha foto, pocas soluciones.