
La presidente, Claudia Sheinbaum, reclamó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) aún no ha entendido que en México la Cuarta Transformación llegó para quedarse. Según ella, los mercados deberían asimilar esta "nueva realidad" sin cuestionamientos, como si las dinámicas económicas globales obedecieran a caprichos locales.
Durante una conferencia de prensa tras reunirse con empresarios, Sheinbaum insistió en que el FMI "todavía no entiende" que el proyecto iniciado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador continuará bajo su eventual gobierno. Como si fuera tan sencillo imponer una ideología sin considerar factores internacionales, Sheinbaum aseguró que no cambiará el rumbo establecido, ignorando las advertencias de organismos internacionales sobre la necesidad de fortalecer instituciones y finanzas públicas.
"No, no va a haber cambios de rumbo", declaró, como si repetir un lema bastara para garantizar estabilidad económica. De paso, minimizó los reportes recientes del FMI que alertan sobre riesgos fiscales y falta de confianza en el sector energético mexicano, cuestiones que parecen ser para Sheinbaum meras exageraciones de burócratas ajenos al “sentir popular”.
La mandataria también reiteró su promesa de "no endeudar al país" y de mantener un "equilibrio fiscal", compromisos que en el papel suenan bien pero que la realidad económica pondrá a prueba, especialmente si se pretende continuar con los costosos programas sociales y los proyectos insignia del actual gobierno. Todo ello mientras se espera, como si fuera por arte de magia, que el mercado y los inversionistas internacionales "entiendan" que en México la ideología está por encima de los números.