Mientras tanto, la violencia sigue en aumento y las comunidades, como las de Tabasco, sufren las consecuencias de políticas de seguridad ineficaces. Es hora de que el gobierno asuma su responsabilidad y deje de escudarse en discursos que ya no convencen a una ciudadanía cansada de promesas incumplidas.

La constante referencia al neoliberalismo como chivo expiatorio refleja una falta de autocrítica y una incapacidad para enfrentar los desafíos actuales. La sociedad demanda acciones concretas y resultados palpables, no excusas basadas en ideologías del pasado.

Es momento de que la administración de Sheinbaum deje de lado las culpas al pasado y se enfoque en soluciones reales para combatir la violencia y mejorar la calidad de vida de los mexicanos. La historia juzgará a quienes, teniendo la oportunidad de cambiar las cosas, prefirieron aferrarse a discursos vacíos en lugar de actuar con responsabilidad y eficacia.