Dos de cada díez mujeres de 15 años o más han sufrido violencia económica: ¿Qué es y cómo podés enfrentarla?

En muchas relaciones, el dinero puede convertirse en un arma de control y sometimiento. La violencia económica o financiera es una forma de abuso silenciosa pero extendida, que afecta principalmente a las mujeres y se manifiesta en la limitación, privación o control de los recursos económicos.
Esta agresión no solo se da en las relaciones de pareja, sino también en el ámbito familiar y laboral, generando graves consecuencias psicológicas y emocionales.
Un problema invisibilizado en México
Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2022, publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 27.4 por ciento de las mujeres de entre 15 y 49 años ha sufrido violencia económica, patrimonial o discriminación laboral. Estas cifras reflejan la urgencia de crear conciencia y generar estrategias para erradicar esta problemática, que perpetúa la desigualdad de género y limita las oportunidades de desarrollo.
Cómo se manifiesta la violencia económica
A menudo, este tipo de violencia es difícil de identificar porque está normalizado dentro de la sociedad. Sin embargo, según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), existen ciertas señales claras de este abuso:
Control excesivo de los recursos financieros, restricción del acceso al dinero, cuentas bancarias o tarjetas; restricción de la independencia financiera, prohibición o limitación del empleo o la educación de la víctima.
Manipulación financiera: Obligar a la víctima a endeudarse, firmar documentos sin su consentimiento o despojarla de sus bienes; amenazas económicas, retiro del apoyo financiero como castigo o para ejercer control; aislamiento económico, impedir el acceso a cuentas bancarias, ingresos o bienes propios.
Estrategias para salir de la violencia económica
Salir de una situación de violencia económica requiere de acciones concretas que permitan recuperar la autonomía y garantizar estabilidad financiera. Algunas estrategias incluyen:
- Planificar una estrategia de salida: asegurar un respaldo económico antes de dejar una situación de abuso.
- Buscar apoyo legal y social: acudir a instituciones como el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim).
- Fortalecer la independencia económica: explorar opciones de empleo o emprendimiento.
- Crear una red de apoyo: contar con familiares, amigas o colectivos feministas para respaldo emocional y material.
- Educación financiera: aprender sobre administración del dinero, ahorro e inversión.
- Denunciar la violencia: interponer una denuncia ante las autoridades correspondientes.
La violencia económica no debe ser normalizada ni minimizada. Es una forma de control que priva a las mujeres de su autonomía y bienestar. Identificar sus signos y tomar medidas para erradicarla es clave para avanzar hacia una sociedad más equitativa y justa.