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Alerta ecológica

Advierten que la pérdida de manglares contribuyó a la devastación ocasionada por el Huracán Otis

Una reciente investigación demuestra que el capital natural es la mejor defensa ante el cambio climático.

Los manglares son nuestra mejor defensa contra los efectos cada vez más devastadores del cambio climático. Este mensaje es más relevante que nunca después del impacto del huracán Otis en la costa de Guerrero y del huracán John, que golpeó la región un año después.

Ambos eventos no solo dejaron a Acapulco con enormes daños económicos y sociales, sino que subrayaron el papel fundamental de la naturaleza en la protección de nuestras comunidades costeras.

Según un estudio reciente liderado por el doctor Bernardo Bastien-Olvera, investigador recién ingresado al Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, la preservación de los manglares podría haber reducido significativamente los daños causados por el huracán Otis en Acapulco.

Este artículo destaca cómo la cobertura de manglares existente en los años 80 habría protegido hasta un 3 por ciento de la infraestructura y evitado la destrucción de decenas de hogares. Estos hallazgos ilustran cómo la deforestación de manglares, impulsada por la urbanización y la expansión turística, ha debilitado las defensas naturales de la región frente a huracanes.

“A medida que el cambio climático intensifica eventos como Otis, el papel de los ecosistemas costeros se vuelve esencial para garantizar la resiliencia de nuestras comunidades” señala el doctor Bastien-Olvera.

La investigación, publicada en la revista Science of the Total Environment, utiliza datos satelitales para analizar los efectos protectores de los manglares durante el huracán Otis en octubre de 2023. Los resultados destacan la importancia de mantener la cobertura de manglares para reducir los daños en la vegetación, infraestructura y viviendas.

El artículo es fruto de una colaboración internacional con miembros de la Universidad de California, incluyendo al doctor Octavio Aburto-Oropeza del Instituto de Oceanografía Scripps en San Diego California, y al doctor Exequiel Ezcurra del Departamento de Botánica de UC Riverside.

Ambos investigadores han sido pioneros en promover la protección de los manglares mexicanos, mostrando no solamente los beneficios que proveen a las pesquerías y a un gran diversidad biológica, sino también como importantes ecosistemas que secuestran grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera.

Esta colaboración entre la UNAM y la Universidad de California, busca combinar el conocimiento ecológico con herramientas de modelación socio-económicas para entender mejor las interacciones entre el cambio climático y las soluciones de adaptación para la sociedad.

La relevancia de estos hallazgos es crucial para México, donde la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) ha manifestado reiteradamente su compromiso de restaurar un gran porcentaje de manglares para el 2030. Este objetivo no solo tiene sentido ecológico, sino que este estudio refuerza el argumento de su importancia para la protección de la salud humana y de las comunidades.

Los investigadores también son reconocidos por su colaboración con organizaciones de la sociedad civil y por su trabajo en la protección del ambiente como National Geographic Explorers. “Nuestros hallazgos refuerzan la necesidad de invertir en capital natural como una solución efectiva y sustentable ante los impactos del cambio climático” destacaron los investigadores.

“Una cruzada nacional por la restauración de manglares, nosolo reduciría la vulnerabilidad de las comunidades, sino que contribuirá a una mayor justicia climática al priorizar soluciones que beneficien tanto a las personas como al medio ambiente” concluyeron.

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