Gálvez mencionó que pensaba que la diferencia sería de alrededor de nueve puntos, según las encuestas previas a la elección. Su optimismo inicial se basaba en la alta participación ciudadana y en reportes preliminares que indicaban victorias en varias ciudades importantes como Guanajuato, Morelia, Querétaro, Hermosillo, Zacatecas y Durango. Sin embargo, estos datos no se confirmaron, resultando en una derrota abrumadora.

A pesar de las predicciones favorables del PRI, PAN y PRD hasta el último momento, la realidad fue desalentadora cuando la presidenta del INE, Guadalupe Taddei, adelantó a la Cámara de la Industria de la Radio y Televisión (CIRT) que Sheinbaum era la ganadora, desconcertando a Gálvez. La ex candidata reconoció que sabía que sería una elección complicada y que siempre supo contra quién estaba compitiendo, pero nunca vio venir el tamaño de la derrota.

En una acción controvertida dentro de su coalición, Gálvez llamó personalmente a Sheinbaum para felicitarla, un gesto que generó reclamos dentro de su equipo. Gálvez relató que la llamada fue un reconocimiento personal a la victoria de Sheinbaum, deseándole éxito en su gobierno y esperando que pueda hacer de México un lugar más justo. Sin embargo, este gesto generó tensiones dentro de su coalición. El dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés, la criticó duramente, considerándolo "un acto indigno".

Gálvez recordó que Cortés la acusó de manera vehemente, diciendo que era indigno felicitar a Sheinbaum por considerar que había sido una elección de Estado. Pese a estas diferencias, Gálvez defendió su decisión como un acto de respeto a la democracia y destacó que cualquier irregularidad se discutiría en los tribunales.

También se difundieron rumores infundados sobre si había factores que pudieron haberla llevado a reconocer la derrota, como un supuesto secuestro de su hijo, la existencia de más videos comprometidos de él, o que se había vendido. Sin embargo, Gálvez se mantuvo firme en su postura, subrayando la importancia de aprender a aceptar las derrotas en una democracia y respetar la voluntad de los votantes.

Gálvez cerró con una actitud de tranquilidad, destacando que hizo todo lo posible con los recursos disponibles y que, a pesar de la derrota, se encuentra en paz y contenta con su desempeño y decisiones durante la campaña.