VIDEO | Sheinbaum ante las amenazas de Trump: ¿Diálogo o sumisión?
Después de las amenazas de Donald Trump de imponer aranceles de 25 por ciento a las importaciones mexicanas, la Secretaría de Economía de México, bajo el liderazgo del gobierno de Claudia Sheinbaum, ha decidido optar por un "diálogo" en lugar de tomar una postura firme en defensa de los intereses nacionales. Aunque se podría responder con medidas similares, la administración de Sheinbaum prefiere hablar sobre cómo crear una región "más fuerte", cuando en realidad, lo que parece ser una clara oportunidad para defender los intereses de México se diluye en palabras vacías.
El secretario de Economía ha insistido en que esta ruta será la más adecuada para competir a nivel global, a pesar de que las amenazas de Trump complican enormemente la situación para las industrias mexicanas. Sin embargo, lejos de tomar una postura de firmeza frente a la agresión económica, se prioriza un acercamiento que no hace sino reflejar la debilidad del gobierno mexicano ante presiones externas. Mientras Trump y otros actores internacionales avanzan con sus propios intereses, México parece estar más preocupado por mantener "costos bajos" y "trabajar en equipo", aunque ello implique ceder ante una agenda impuesta por potencias extranjeras.
⭕ La estrategia de Ebrard frente a #Trump
— Código Magenta (@CodigoMagentaMx) November 27, 2024
🔹 El secretario de Economía declaró que la imposición de aranceles representa “un balazo en el pie” para el gobierno y la comunidad empresarial de #EstadosUnidos.
🔹 @m_ebrard delineó la propuesta de #México para construir una región… pic.twitter.com/aMXfNVUoLb
Aunque el gobierno asegura que las amenazas arancelarias afectarán tanto a Estados Unidos como a México, no se explica cómo esta "fuerza regional" se materializa en acciones concretas que protejan a las industrias nacionales, como la automotriz, aeronáutica y agropecuaria, que se verán inevitablemente perjudicadas. Es difícil ver en qué medida este enfoque dialogante puede ser útil para garantizar que los productos mexicanos no pierdan terreno en el mercado global, mientras se acepta pasivamente el riesgo de perder empleos y competitividad.
En lugar de apelar a una solución que implique autonomía económica y la defensa del sector productivo mexicano, el gobierno de Sheinbaum se limita a promover un enfoque regionalista que ignora la necesidad urgente de repensar las relaciones comerciales de manera más equitativa y autónoma. Y aunque se mencionan esfuerzos por acelerar acuerdos con Europa y Brasil, la dependencia de una economía tan vulnerable a las políticas de Estados Unidos parece que sigue siendo el verdadero desafío.