La historia viviente
110 años del conflicto clave del México Moderno

20 de noviembre: Aniversario de la Revolución Mexicana

El líder revolucionario mexicano Francisco "Pancho" Villa (1878-1923) al frente de una cabalgata de rebeldes durante la Revolución mexicana

El 20 de noviembre, desde las seis de la tarde en adelante, todos los ciudadanos de la República tomarán las armas para arrojar del poder a las autoridades que actualmente nos gobiernan”. Este llamado de Francisco I. Madero marca lo que se considera como el inicio oficial de la Revolución mexicana, en 1910, el movimiento que sacó del poder al dictador Porfirio Díaz y modeló al México de la modernidad.

La Revolución mexicana empezó con el objetivo de poner fin al régimen de 30 años de Díaz. México atravesaba entonces una situación política y social penosa. Uno de los mayores problemas era la propiedad de las tierras: estaban concentradas en las manos de unos pocos, mientras que una gran mayoría de trabajadores del campo y de la ciudad sufría condiciones infrahumanas.

Porfirio Díaz, reconocido entre otros aspectos por su impulso a la infraestructura, había puesto en marcha reformas legislativas que permitían que compañías del exterior tomaran “terrenos baldíos” que le pertenecían a campesinos e indígenas, entre otros grupos. Se habían creado grandes latifundios.

A esto se sumaban las duras condiciones de los trabajadores. “La situación de los trabajadores del campo y la ciudad fue precaria: tenían jornadas de 14 a 18 horas, bajos salarios, no existían las prestaciones, no había descanso semanal ni días festivos y estaban eternamente endeudados en las tiendas de raya, entre otros aspectos”, explica la Universidad Nacional Autónoma de México.

La tienda de raya era el almacén de las haciendas en donde se vendían mercancías a los trabajadores de las fincas agrícolas a cuenta de sus salarios. Los trabajadores de las haciendas eran obligados a comprar en estos establecimientos.

En 1910, Madero se fugó a San Antonio, Texas, y lanzó el Plan de San Luis que llamaba al levantamiento contra el general Díaz. Para entonces, la semilla de lo que luego se bautizó como Revolución mexicana ya estaba más que sembrada. Y Madero era una figura fundamental de la lucha contra la perpetuidad de Díaz en el poder, que lo había llevado a promover un año antes la creación del Partido Nacional Antirreeleccionista, cuyo lema era “Sufragio Efectivo, No Reelección”.

Con el levantamiento, comenzaron a surgir guerrilleros a lo largo y ancho del país, entre ellos dos cuya fama ha trascendido con creces el territorio mexicano: Emiliano Zapata y Francisco “Pancho” Villa.

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