Sheinbaum promete salvar el futuro energético con 23 mil millones de dólares: porque el futuro se compra...
El gobierno de Claudia Sheinbaum presentó su "ambicioso" Plan Nacional de Energía, que promete una inversión de más de 23.000 millones de dólares para mejorar el sistema eléctrico del país. Sin embargo, este gasto, que se llevará a cabo entre 2024 y 2030, no parece ser una solución mágica a los problemas estructurales que enfrenta el sector energético mexicano, sino una estrategia más para maquillar la ineficiencia de la administración en su manejo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Sheinbaum, con la típica retórica oficialista, declaró que el objetivo del plan es garantizar el suministro eléctrico para toda la población, pero el verdadero enfoque parece ser mantener el control del 54 por ciento de la generación a cargo de la CFE, mientras que el 46 por ciento restante se deja a manos de los privados. Como si el modelo público-privado no hubiera demostrado ya sus contradicciones y limitaciones a lo largo de los años.
Por su parte, la directora de la CFE, Emilia Esther Calleja, también se sumó al discurso grandilocuente al anunciar que se destinarán 23.400 millones de dólares a proyectos de generación, transmisión y distribución de energía. Pero no se mencionan detalles claros sobre cómo estos proyectos resolverán los problemas históricos de la CFE, una empresa con décadas de ineficiencia, corrupción y sobrecostos que no han podido ser erradicados por los sucesivos gobiernos, incluido el actual.
Si bien el gobierno afirma que se reducirán las emisiones de CO2 entre un 2,7 por ciento y un 4,55 por ciento para 2030, la pregunta es si este enfoque tan tardío y costoso realmente contribuirá a mejorar la calidad del servicio eléctrico para los mexicanos, o si solo servirá para mantener el status quo de un sistema obsoleto y en manos de intereses políticos.