"Estimado amigo,

En primer término, quiero expresarle mi solidaridad por el cobarde atentado que usted supo enfrentar con buena suerte y valentía. Sepa que nuestro gobierno fue el primero en condenar esa agresión, nos pronunciamos de inmediato no solo por la amistad que nos une, sino porque, como lo conversamos en su momento, tenemos la convicción de que la violencia en cualquiera de sus manifestaciones es irracional e inhumana.

Quisiera manifestarle mi preocupación por dos asuntos que usted abordó en la reciente convención del Partido Republicano. El primero es su opinión sobre que los migrantes son 'invasores y maleantes' y su promesa de cerrar la frontera desde los primeros días de su mandato. Entiendo que está en campaña y que no es, como algunos piensan, un obcecado. Por eso mismo, considero importante señalarle que la relación entre nuestros países es tan extensa que tomar una medida de esa índole, de cerrar la frontera, sería equivalente a convocar una rebelión en ambos lados por los daños que causaría a los pueblos, a la industria y al comercio. Esta perspectiva indeseable se manifestaría con particular gravedad en Estados Unidos, especialmente en California, Arizona, Nuevo México y Texas, que junto con los 16 estados fronterizos de México representan la cuarta economía mundial.

Agrego que dicha decisión impediría el cruce de las aduanas y los puentes fronterizos a un millón de personas y a los 300 mil vehículos, de los cuales 70 mil transportan mercancías entre ambos países diariamente. Considero que lo más eficaz y humano es entender las causas de la migración, ayudar a que haya trabajo y mejores condiciones de vida en los lugares de origen de las personas, y que en lugar de adoptar medidas unilaterales, es preferible optar por el diálogo, la cooperación y el acuerdo.

Tampoco es recomendable ni conveniente, amigo presidente Trump, fabricar en su país todos los vehículos y autopartes que se consumen en Estados Unidos. Es incuestionable que Estados Unidos posee una experiencia histórica inigualable en el mundo y cuenta con tecnología y capital. Sin embargo, sus costos de producción son muy altos, situación que se ha venido resolviendo con la creación de plantas automotrices y de autopartes en nuestro país, en beneficio de los inversionistas y las empresas, así como de los trabajadores y consumidores estadounidenses. Le ruego además que tome en cuenta los datos siguientes: en Estados Unidos viven 37.7 millones de mexicanos, y siete de cada 10 trabajadores agrícolas son de origen mexicano".

López Obrador concluyó su carta subrayando la importancia del diálogo y la cooperación bilateral para resolver los problemas comunes, destacando los beneficios mutuos derivados de la colaboración económica y la integración regional.